MI VOZ ESCRITA. Por Jorge Herrera
Luego de reflexionar profundamente, en la primera entrega de este artículo comenté que había llegado a la convicción de que no es correcto llamar renegados a los “discípulos” de Juan Bosch que durante quince largos años han desfalcado el erario de este desgraciado país.
De ellos, dije también, acaso en un exceso de indulgencia de mi parte, que sólo han hecho lo que perversamente les enseñó su líder. Sin embargo, es de justicia aclarar ese juicio, en razón de que estoy lo suficientemente convencido de que ni de forma indirecta el eximio escritor y político, les hubiera sugerido que depredaran el Estado como lo han hecho.
Asimismo, en el final, me referí a la forma estúpida, en tanto medalaganaria que los encumbrados leonelistas de ayer y los danilistas de hoy, aplican el concepto intrínseco de la sentencia goebbelista. La palabra clave en toda frase u oración gramatical, la que le da sentido trascendente, es deshechada de manera olímpica.
Esa palabra, en el presente caso, es decir, la que acuñara el cojo Ministro de propaganda de Hitler, es “adecuadamente”. ¿Por qué? Sencillo: Joseph Goebbels fue un estadista de “to´el tamaño”, como hubiese dicho cualquier ciudadano ordinario, no importa dónde le tocara nacer.
Los “to´pa’mí y na´pa´nadie”, de la en desbandada franquicia político-electoral PLD, en su pretensión “non plus ultra” viven empantanados en sus propias falacias; al punto de que ni para mentir adecuadamente sirven.
Son tan oligofrénicos, que en el afán de creerse superiores tiran en el estercolero de su ignorancia el meta mensaje de la máxima “para hablar mentira y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”; sólo degustan filete…
Sin embargo, es obvio que también ignoran que “cuando la piedra le va a dar a un perro, dobla la esquina, y le da”. Sólo si, en sus “delicados y masoquistas” delirios, Leonel Fernández se prosterna, y admite ser nalga; el Partido Revolucionario Moderno, no podría ser fuete. ¿Entendido?…
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